Las hierbas, un juego sutil. David Attenborough

Estoy en un jardín con flores, árboles y césped. Todo es muy bello, pero me llaman la atención unas hierbas «despeinadas» que han crecido junto a una pared blanca. Se apoyan en la pared y parece como si la utilizaran de pantalla, de lienzo, para crear con sus trazos sutiles, un informalismo gestual, como si fuera la expresión artística de su presencia vital, su propio «pentagrama» de notas musicales. Un pequeño soplo del viento, y mis hierbas se mueven interpretando una danza con una flexibilidad que nos debería servir de ejemplo a los humanos para aprender y aplicarla a nuestro comportamiento. La ductilidad como virtud en la naturaleza vegetal. La variedad de cómo se agrupan las hierbitas hace que no se repita su expresión plástica en ningún centímetro de la pared. Inspiradoras de tanta pintura en el Arte a lo largo de los tiempos, ellas siempre desbordarán nuestra imaginación.

El tratamiento de las hierbas en blanco sobre el fondo negro sugiere su radiografía, se silencia la expresión. Esos pequeños espectros lumínicos nos miran de otra manera. Me atrevo a tocarlos con unas líneas rojas, la abstracción crea otra caligrafía. El color rojo de las rayas añadidas se encarga de «despertar» sensaciones nuevas.

La labor del científico y divulgador naturalista David Attenborough, expresada en sus magníficos documentales siempre me ha emocionado. La entrega de su vida para el estudio y la defensa de la vida de nuestro planeta Tierra, su discurso urgente para que cambiemos nuestra actitud por tanta devastación, me parece encomiable. Attenborough nos dice: «El futuro de la vida en la Tierra depende de nuestra capacidad para tomar medidas. Muchas personas están haciendo lo que pueden, pero el verdadero éxito sólo puede venir si hay un cambio en nuestras sociedades, nuestra economía y en nuestra política. He sido afortunado en mi vida para ver algunos de los mayores espectáculos naturales que el mundo tiene que ofrecer. Sin duda, tenemos la responsabilidad de dejar para las generaciones futuras un planeta que sea saludable, habitable para todas las especies». La composición como homenaje a David Attenborough.